Hoy me levanté pensando si todos los genios no soñaban con disparos a su cabeza que les hiciesen acabar su existencia de forma bucólica y sin preocupaciones. Pasando de una realidad asquerosa para sus aspiraciones, a un fundido en negro.

¿El motivo? No lo sé, acaso tiene que existir uno?

Hipótesis? Todos deseamos alguna vez ese disparo.

Preocupación? Ninguna, estoy cabal, mi cabeza sigue en su sitio. No busco ninguna trascendencia con esto, y tampoco querría ser yo el objeto de la bala pop. El artista maldito no es mi ideal, es contra lo que lucho. La intención de creerse un genio tampoco es una preocupación, quien se intenta poner este papel como se pone un smoking, es que ni siquiera sabe abrocharse la bragueta.

Conclusión: No escuchar a Johnny (Cash) en días festivos.

(Roy Lichtenstein, "Hand Gun")